El Rennes apenas ha ganado uno de sus últimos siete partidos disputados en todas las competiciones. Una situación que ha posado por primera vez en mucho tiempo las críticas sobre Eduardo Camavinga, de 17 años, de quien se esperaba que liderase al conjunto francés en su primera experiencia en la Champions League.
Sin embargo, un bajón de rendimiento y la explosión de Adrien Truffert, de 18 años, relegaron al galo a un plano secundario. Las misteriosas molestias físicas solo fueron el remate, obligándole a perderse las derrotas en fase de grupos ante Sevilla (1-0) y Chelsea (3-0). Ahora, tendrá la oportunidad de reivindicarse.
Ante los británicos, Camavinga espera volver a contar con la confianza de su entrenador. Al fin y al cabo, los franceses necesitan un golpe de efecto que les ayude a revertir su situación y presentar su candidatura a la tercera plaza del grupo, la cual ostenta en igualdad de puntos con el Krasnodar. Aunque no será nada fácil.
En lo que va de curso, no obstante, Eduardo Camavinga ya ha igualado su registro goleador del año pasado (un gol) y está a punto de hacer lo mismo en el apartado de asistencias (una), aunque su principal labor ante los de Frank Lampard será, como siempre, la de sostener al equipo atrás y distribuir pases de calidad a sus compañeros.
En sus manos está disipar las dudas en torno a su calidad y potencial. Las que genera, al fin y al cabo, cualquier adolescente asentado en el fútbol profesional.