Cuando se habla de imparables suele ser en sentido metafórico, pero en el caso del Ajax, la definición es literaria. Si no pudieron con él ni el vigente campeón de Europa ni el equipo de Cristiano Ronaldo... ¿cómo iba a fallar en su país?
Con casi el mismo once que triunfó en el Tottenham Hotspur Stadium, el tan joven como brillante Ajax dejó claro antes del paso por vestuarios que la Copa acabaría grabada con su nombre nueve años después de su última conquista.
La posesión comenzó sonriendo a los pupilos de Ten Hag, pero el respeto por jugar una final se reflejó en el peligro que creaba el Willem II en cada subida. El choque fue muy igualado hasta que se movió por primera vez el marcador.
Lo hizo de la mano de Daley Blind en el 38', o más bien de su cabeza, al rematar un centro de Tadic. El segundo gol llegó solo un minuto después y para que llegara intervinieron Ziyech, De Jong, Tadic, Van de Beek y Kristensen... antes de que Huntelaar culminara la jugada.
La segunda mitad fue mucho más plácida para un Ajax con ventaja en el marcador, y también sobre el campo. Los dos goles consecutivos al borde del descanso dejaron en la lona a un Willem II que no se recuperó.
Huntelaar firmó su doblete y Kristensen hizo el último a un cuarto de hora del final. Con el 0-4 el Ajax quitó el pie del acelerador pensando en el Tottenham y en que está a cuatro partidos de poder firmar un triplete histórico.