El fútbol es un deporte tan especial que te permite la revancha después de haber hecho un mal partido. El Madrid no jugó como debió en París y salió escaldado ante la superioridad francesa.
Por ello, el conjunto blanco debe hacer borrón y cuenta nueva para quitarse de encima cualquier tipo de presión. Este domingo visita el Ramón Sánchez Pizjuán, un estadio que se le ha atragantado en los últimos años.
Encima, el Sevilla está primero en la clasificación y atraviesa un momento de forma espectacular. El culpable de que todo marcha sobre ruedas es Julen Lopetegui, que tuvo la oportunidad de dirigir al Madrid.
Curiosamente, el técnico vasco llegó a la disciplina 'merengue' para sustituir al hombre de las tres Champions consecutivas, Zinedine Zidane. El galo, un hombre siempre ligado al éxito, decidió marcharse y dejó un vacío que nadie fue capaz de tapar.
Lopetegui, a los pocos meses de iniciar la temporada, fue destituido tras caer 5-1 en el Camp Nou ante el Barça y Solari, que se hizo cargo del equipo, también cayó tras la eliminación en Champions.
Todo pintaba mal y Zidane entró a escena. El francés regresó con plenos poderes de cara a la temporada 2019-20. La anterior campaña terminó con dudas y justo ahora han vuelto a aparecer.
La derrota en París ha hecho sonar las alarmas, pero hay que decir que esto es nada más que el comienzo. Todavía queda mucho camino por delante y en esto del fútbol hoy estás mal y mañana arriba.
Lo que está muy claro es que el destino ha querido que en plena profunda herida blanca, Lopetegui tenga en su mano la oportunidad de agravarla todavía más.
Pero este Madrid es imprevisible. Aunque esté en un momento difícil, su escudo le obliga siempre a levantarse y dar lo mejor de sí para ganar y hacer historia.