La escalada hacia Segunda DIvisión es tan complicada como valioso el premio de coronar la cima de plata del fútbol español. Un premio que tiene prácticamente en su mano el Barcelona B tras el festival goleador que se ha pegado en el Sardinero.
El racinguismo llenó el estadio, se volvió loco tras el gol de Abdón Prats y la gran primera media hora local, pero acabó enmudecido con la reacción del conjunto azulgrana.
El filial estaba muerto y en cuestión de minutos logró marcharse al descanso con ventaja en el marcador. El doblete de Cardona en un suspiro mató al Racing. La herida sería mortal, aunque la sangre no lo mostrara.
La expulsión de Abdón Prats en el inicio del segundo acto no ayudó. Su plantillazo terminó poniendo en bandeja una goleada que huele a Segunda. Dani Romera cogió el testigo de Cardona, literalmente en el 1-3, y remató la faena.
Aquino tuvo el último halo de esperanza racinguista, pero falló una pena máxima que habría cambiado bastante la eliminatoria. Porque pasar de un 2-3 a un 1-4 es mucho.
El Racing se aferra a otra remontada, esta vez a domicilio, para salir del pozo de la Segunda B. De momento, la estocada del Barcelona le ha dejado tiritando en la orilla.