Un camino hacía el título el de Cerro Porteño que no debería torcerse de mantener su actual ritmo creativo, reflejado en su triunfo ante un rival de fuste como Olimpia, conquistador de los cuatro últimos campeonatos.
El 'Ciclón', con su novena victoria consecutiva, tiene ahora cinco jornadas hasta el final del torneo, mientras que el 'Decano' se complica como escolta y siente por detrás la presión de Libertad y Guaraní.
Si bien la primera parte no tuvo un dominador absoluto, los locales apretaron desde el principio con internadas de peligro por parte de Churín, Claudio Aquino y Federico Carrizo.
Tal es así que en el 25' Churín, derribado en el área por el colombiano Jorge Arias, se permitió fallar un penalti, lanzado a las nubes tras la presión psicológica que le hizo el meta Alfredo Aguilar.
Y en el 42' la ocasión más clara de los de Arce, un remate al que travesaño de Carrizo a pase de Aquino que ejecutó solo ante el portero Aguilar.
Olimpia llegó poco y cuando lo hizo fue mediante Derlis González, que no encontró su complemento en un Roque Santa Cruz que apenas tocó balón y al que no dejó respirar Alberto Espinola.
La segunda fue toda de Cerro Porteño, con un comienzo arrollador que culminó con la revancha de Churín, en el 64, al meterse en el área lo justo para lanzar un misil que se llevó por delante a Aquilar, que llegó a tocar el esférico.
El encuentro prosiguió con la dinámica de faltas de la primera parte, con exhibición de amarillas por parte del colegiado Eber Aquino, que en el 70' mandó al banquillo por doble amonestación a Tabaré Viudez.
No obstante, Olimpia recuperó algo de vida con uno menos, ya que hasta entonces estuvo a merced de Cerro Porteño y no sacó partido del esquema de Arce de propulsar hacía delante su defensa.
Así, Rodrigo Rojas obligó a lucirse al guardameta Rodrigo Muñoz, en el más claro balón de gol de los visitantes.
Diego Garnero arriesgó enviando a toda su armada hacía el arco de Muñoz, pero de forma atropellada y por los espacios de centro que estaban cerrados por los del Barrio Obrero.
Con todo Olimpia adelantado, Cerro Porteño sacó un balón desde la defensa que fue recogido por Óscar Ruiz, que había reemplazado poco antes a Carrizo y que lo condujo hasta la puerta de Aguilar para cederlo a Cardozo, polivalente y omnipresente en todo el partido, que sentenció el superclásico.