Así lo rememoró este miércoles. "Peleé el descenso siete veces desde 2010: cuatro con Olimpo, una con San Lorenzo y dos con el Leganés. Por suerte siempre salimos adelante, y me baso en esa experiencia", afirmó.
"Aquí tras un mal trago todo el mundo quiere entrenar y mejorar, eso me deja tranquilo porque esto es fútbol, y entrenando y con constancia logras objetivos", añadió a continuación.
El argentino reconoció que las dos últimas derrotas han hundido al equipo en la tabla, pero que los más veteranos son los encargados de que esos dos pinchazos ante Alcorcón y Lugo no influyan demasiado en un equipo que debe centrarse en cada entrenamiento para poder revertir la situación.
"Muchos ya hemos pasado por estas batallas, y tenemos que traer confianza, tranquilidad y fe en lo que viene. El partido es el domingo, pero para nosotros nada debe ser más importante que el hoy, en el que entrenas para seguir mejorando y adquirir las herramientas con las que sacar esto adelante en los partidos", explicó.
Para el guardameta, la clave está en dar un paso al frente defensivamente y no encajar con tanta facilidad, aspecto que ha hecho que el equipo dejase de sumar en muchos partidos, pero que no responde a un "asedio" del rival sino a "detalles" a balón parado y en forma de penas máximas que están pasando factura al equipo carbayón.
"El equipo no está todo lo fuerte que debiera defensivamente, pero no es porque nos lleguen ocho o nueve veces con claridad. Si fuese así, sería muy difícil dejar la puerta a cero. Se trata solo de dar un paso adelante, porque encajamos por detalles. Y que se pitan más penaltis, que a nosotros nos han supuesto perder puntos en partidos en que no nos llegaban", concluyó el capitán oviedista.
Los azules se ejercitaron a puerta cerrada, constante que se repetirá toda la semana, en un miércoles diferente al tener pautada doble sesión tras el descanso del martes y en el que siguen sin trabajar con el grupo los lesionados Lucas y Edu Cortina.