El Getafe se topó con el tremendo estado de forma de Charles. Soñaba con acostarse en puesto de Champions, pero no hay quien pare al atacante del Eibar. A medida que le van saliendo canas, sus goles caen como churros.
Su tercer doblete del curso, además, sirvió para cuadrar sus números y dejarle una tremenda media de un gol cada dos partidos.
El exilir de la eterna juventud que parece haber bebido Charles tiene al Eibar repuntando cada vez más en la clasificación para colocarse en puestos cómodos.
Ahora le quedan 14 partidos por delante, algo más de un tercio de competición, para mejorar esa docena que ya logró hace un lustro con el Celta. Por entonces, se empezaba a dudar de él porque había cumplido 30 años.
Ahora, al borde de los 35, está mejor que nunca.