Y es que, en un trance por la banda izquierda, el atacante se sentó con las piernas estiradas y pidió el cambio con gesto bastante serio. Acto seguido se puso en marcha hacia el vestuario mientras Mestalla le despedía con aplausos.
El alcance de la lesión aún no se conoce pero todo apunta a que puede haber sido una recaída de su anterior lesión (rotura fibrilar en el recto anterior).