Los cánticos y la conducta racista de cierta parte de la afición del cuadro ruso en el choque de Champions ante el Liverpool le ha salido caro al Spartak.
Y es que la UEFA hizo oficial el cierre de un sector del estadio moscovita, alrededor de 500 localidades, en lo que es un claro aviso hacia una de las aficiones más calientes del fútbol europeo.