Henrik Larsson
El gran ídolo de Suecia hasta la irrupción de Zlatan Ibrahimovic. Brilló en muchos equipos, como el Celtic o el Barcelona, pero tras colgar las botas no logró hacerse un gran entrenador. Ha militado en varios equipos de Escandinavia, y en 2016 fue cesado tras descender con el Helsingborgs. Dejó los banquillos y se metió a agente de futbolistas.
Diego Armando Maradona
Quizá sea el mejor futbolista de todos los tiempos, pero su historial en los banquillos ha dejado mucho que desear. Coqueteó con la experiencia tras retirarse, pero su gran desafío no llegó hasta 2008: la 'Albiceleste'. La historia la conocemos todos: clasificación agónica para Sudáfrica y batacazo en cuartos contra Alemania. Estuvo más tarde en el Al-Wasl emiratí, pero duró un año. Los malos resultados le condenaron. Siguió en el Medio Oriente, en el Al-Fujairah, otra temporada sin pena ni gloria. Pero en México parece haber encontrado la redención. Su paso por Dorados de Sinaloa empezó a las mil maravillas. El tiempo dirá si será el primero de sus éxitos en los banquillos.
Jean-Pierre Papin
Ser un 'Balón de Oro' tampoco garantiza el éxito como entrenador, y eso que Papin empezó mejor que bien. Logró ascender al Estrasburgo a la Ligue 1, pero al año siguiente volvió a Segunda, tras fichar por el Lens. Desde entonces, en picado. Fichó por el Chateauroux en 2009, le salvó del descenso, y no se le conocen más experiencias en los banquillos.
Lothar Matthäus
El laureado centrocampista alemán tampoco tuvo un buen salto a los banquillos. De desastre en desastre. Se estrenó firmando la peor liga de la historia del Rapid de Viena y fracasó a la hora de clasificar a Hungría para el Mundial de 2006. Entre medias, todo hay que decirlo, ganó la Liga Serbia con el Partizan, aunque no se comió el turrón al año siguiente. Tras pasar por un par de equipos menores, tuvo ante sí el reto de llevar a Bulgaria a la Eurocopa de 2012. Otro fracaso. Y desde entonces, en paro.
Clarence Seedorf
Una exitosa carrera ligada al AC Milan llevó al equipo 'rossonero' a ficharle como último recurso en el invierno de la temporada 2013-14. Debieron pensar que si al Atlético de Madrid le funcionó con Simeone, y al Barcelona con Guardiola, ¿por qué a ellos no con Seedorf? Bueno, porque el Milan de entonces era un equipo sin alma, un juguete roto, y Clarence Seedorf no tenía experiencia en un banquillo, ni siquiera entrenando a un equipo filial. La temporada del Milan rozó el ridículo, terminando octavo en Liga y quedándose fuera de Europa. Seedorf, lógicamente, no continuó al frente del equipo, y estuvo un par de años alejado de los banquillos. El Shenzhen de la Segunda China le dio una oportunidad, pero no llegó a terminar la temporada. Trece partidos, y a la calle. Mediada la 2017-18 le fichó el Deportivo de La Coruña para tratar de evitar el descenso a Segunda y, efectivamente, lo descendió. Si no, no estaría en esta lista. Pese a todo, sigue en activo: es el actual seleccionador de Camerún. A ver si con las selecciones lo hace mejor que con los clubes.