El primero fue el uruguayo Ondino Viera, que dirigió en Inglaterra 1966 a su hijo Milton.
32 años después, Cesare Maldini fue el seleccionador italiano en Francia '98, cuando Paolo Maldini era uno de los mejores laterales izquierdos del mundo.
El croata Zlatko Kranjcar, mientras, dirigió a su hijo Niko, sin mucho éxito, en Alemania 2006 y, cuatro años después, el estadounidense Bob Bradley puso de titular a su hijo Michael en los cuatro partidos que disputó el conjunto norteamericano en el Mundial de Sudáfrica.
De forma parecida, el eslovaco Vladimir Weiss alineó a su vástago, del mismo nombre, en tres de los cuatro encuentros que jugó su selección en el único mundial africano de la historia.