14 minutos tardó Terodde en abrir el marcador para el Köln. El delantero recibió en el área un pase de Schindler al primer toque que no desaprovechó el atacante germano.
Recibió de espaldas a portería y dejó una clase maestra de cómo revolverse y, con dos toques, acomodarla con la derecha y mandarla al fondo de la portería con la izquierda.
Sin embargo, la alegría visitante duró apenas ocho minutos. Beotius se encargó de dejar otra gran definición en el área, esta basada en la más pura sangre fría.
El centrocampista holandés recibió un balón en el área ante algún que otro defensa. Por eso decidió quitarse de encima a alguno antes de tirar. Y así lo hizo. Amagó y engañó a su marca más cercana como si nada. Con el contrario en el suelo, sólo tuvo que empujarla para batir a Horn.