El lateral tenía el balón en el centro del campo e intentó subirlo con una buena arrancada, pero la presión de un rival le frenó y le hizo que acabara perdiendo la pelota. Cuando ocurrió esto, el portugués se desentendió del juego y fue directamente a reprochar al jugador del Oporto su acción.
Coentrao se fue corriendo hacia él y le gritó varias veces, provocando que hasta los jugadores del Oporto y algunos miembros del 'staff' técnico saltaran del banquillo para frenarle.
Los propios compañeros de 'Fabeco' también se acercaron a él y le intentaron calmar mientras el ex madridista les contaba mediante gestos que le habían dado un codazo durante la jugada de la polémica.
Pero, con codazo o sin codazo, el árbitro entendió que el lateral había sido desmedido en su reacción y, viendo la tangana que se había comenzado a formar, le acabó mostrando la segunda amarilla. El propio Coentrao, consciente de lo sucedido, no protestó, le dio la mano al colegiado y se marchó.