Después de salir del Liverpool en busca de una nueva oportunidad, Lovren demostró este miércoles que las cosas no le están saleindo demasiado bien en el Zenit.
En el duelo contra el Spartak de Moscú, el defensor protagonizó un autogol más que cómico que bien podría optar al 'Puskas'.
En una acción de ataque del cuadro visitante, el croata, que veía que no tenía nadie a su lado, le cedió el balón a su portero con el pecho.
El esférico, en vez de ir al cancerbero, fue directo hacia arriba y se convirtió en una vaselina mortal. La pelota acabó dentro y Lovren no sabía donde meterse.