Estamos en la recta final de los campeonatos nacionales más importantes en Europa. Aún no conocemos los campeones en la mayoría de ellos, pero es inevitable empezar a escuchar rumores sobre fichajes de cara a la próxima temporada en los clubes más importantes del continente. Los jugadores más deseados suelen ser aquellos jóvenes futbolistas que empiezan a destacar en sus respectivos clubes con tan sólo 19 o 20 años. Es el caso del francés Mbappé, que está cosechando una magnífica temporada con el Mónaco y ya suena para clubes como el Real Madrid.
Pero tanta repercusión mediática y presión en jugadores tan jóvenes y sin experiencia puede taer consecuencias negativas de cara al desarrollo de sus carreras deportivas. Muchos de ellos comienzan a ser conocidos en todo el mundo, firman contratos multimillonarios y son centro de elogios y críticas, casi a diario, y no todos son capaces de gestionar estas situaciones convenientemente.
Existen varios estudios científicos que relacionan ansiedad y lesiones deportivas. Estos estudios señalan que aquellos jugadores que están sometidos a mayor ansiedad relacionada con el nivel competitivo son más propensos a sufrir lesiones. Además, en este sentido, entran en juego factores psicológicos que favorecen o disminuyen el control de dicha ansiedad. El estrés es la variable psicológica más relevante en lo referente a las lesiones y lo podemos entender como una respuesta compleja que puede estar antes, durante y después de la lesión.
En ocasiones, son más negativos los efectos psicológicos de una lesión que incluso los físicos. Especialmente cuando un jugador de 20 años sufre una lesión grave y ve interrumpido de golpe su meteórico ascenso hacia el estrellato. El ex futbolista alemán Sebastian Deisler tuvo que retirarse del fútbol con tan solo 27 años tras una interminable lista de lesiones, cuando se esperaba de él que fuese la estrella de la selección durante muchos años.
Una lesión de rodilla o tobillo que obligue a un futbolista joven a estar fuera de los terrenos de juego durante dos o tres meses, puede significar la diferencia entre dar el salto a un gran club y firmar el contrato de su vida, o perder el tren para siempre. El brasileño del Manchester City Gabriel Jesús ha tenido la mala suerte esta temporada de sufrir una delicada lesión en su pie derecho justo cuando su técnico le daba la oportunidad de demostrar su valía. Ahora parece recuperado y se espera que vuelva a mostrar su mejor nivel.
En nuestro país hemos tenido un caso muy significativo en estos últimos años. El futbolista de la cantera del Barcelona Bojan Krkic dominaba las categorías infriores del fútbol europeo. Tenía todo para convertirse en uno de los delanteros referentes del fútbol mundial. Sin embargo, la conjunción de malas decisiones y la mala suerte con las lesiones, lo han llevada a vagar por infinidad de clubes europeos, sin llegar a triunfar de verdad en ninguno de ellos.
Otros futbolistas se ven estigmatizados a lo largo de sus carreras deportivas por las lesiones musculares. Es el caso de que está viviendo actualmente en el Real Madrid el extremo Gareth Bale, del que se dice ahora que podría ser vendido en el verano. Parecido es el caso del delantero alemán Marco Reus, quien sufre un calvario de lesiones musculares que le han impedido mostrar su calidad, y quién sabe si le han privado de dar el salto a un grande del fútbol europeo.
A partir de ahora escucharemos y leeremos mucho sobre Mbappé, Dybala o Rashford, entre otros, y sus posibles destinos para la próxima temporada. Son jóvenes, talentosos y con carreras deportivas prometedoras, pero la fortaleza física y mental y, por supuesto, la suerte de estos jugadores jugarán un rol importantísimo en los próximos años a la hora de definir como de existosas serán sus respectivas carreras deportivas.