Los del 'Tata' presumían de una dinámica más que positiva antes del choque. Y en esas condiciones, si algo puede salir bien, saldrá. Hasta los errores, por 'arte de racha', se convierten en aciertos.
Almirón se internó por la banda izquierda y apuró a la perfección la línea de fondo. Sin embargo, su gran intención de ceder el balón atrás no se reflejó en la ejecución. Su envío parecía buscar a un compañero que se encontraba en el corazón del área, en una posición idónea para el remate. Pero el final de la película no era ese.
Gressel apareció por la derecha para recibir la 'pedrada' de su compañero. El balón salió de cualquier posición pensada para el gol, pero el lateral derecho lo hizo de diez. Acomodó el esférico con un perfecto control de pecho y fusiló, tras un bote, al portero con un disparo cruzado.
22 de septiembre de 2018