De forma figurada, el fútbol europeo ha sufrido en las últimas horas un terremoto difícil de asimilar para todos los aficionados al deporte rey. En una noche de domingo que parecía ser plácida, los 12 clubes fundadores comunicaron la creación de la Superliga Europea.
Esta noticia subió como la espuma en los medios y en una redes sociales que explotaron con millones de opiniones a favor y en contra del nuevo formato. La pregunta que sobrevuela en el Viejo Continente en estos instantes es la de "¿y ahora que ocurre?". Con una coyuntura muy compleja, lo explicamos a continuación.
Reunión de la UEFA
Para empezar, la UEFA se reúne este lunes para anunciar la nueva Champions, de la cual ya se conoce su cuerpo y forma, pero aún no está aprobada. Este modelo supondrá una revolución de lo conocido hasta ahora.
Con la creación del novedoso torneo de la UEFA y la creación de la Superliga, Europa podría estar ante la última UCL tal y como se la conoce desde que cambiase de nombre en 1992.
Los jugadores de la Superliga podrían ver afectadas sus carreras
El problema llega para los equipos y jugadores implicados en la Superliga. La UEFA aseguró que ninguno de ellos no podrán sus competiciones domésticas ni tampoco los compromisos con sus selecciones, algo en lo que la FIFA, organismo que controla los combinados nacionales, no se pronunció al respecto.
La Superliga se adapta al calendario doméstico
La cuestión que crea incertidumbre es la adaptación al calendario de las distintas ligas. La Superliga, de la cual se conoce también su formato, tiene la intención de disputarse entre semana, por lo que no coincidiría con las jornadas de Primera División, Premier League o Serie A, que son las competiciones que, hasta el momento, integran los clubes fundadores.
Dicha Superliga tiene pensado comenzar en agosto de 2021, aunque todavía le faltan confirmar los ocho equipos restantes para completar los 20 con los que se disputará la primera edición.
El fútbol, al menos en Europa, parece que cambiará para siempre. La UEFA quiere impedir a toda costa que la nueva competición siga adelante e intentará con una nueva Champions contrarrestar su importancia. Al mismo tiempo, los futbolistas de la Superliga podrían decir adiós a sus respectivas ligas y combinados nacionales, algo que condicionaría para el resto de los días al deporte rey.