Y es que hablar del conjunto de Magdeburgo es hacerlo de uno de los equipos históricos en el pasado, cuando Alemania aún permanecía dividida.
El Magdeburg, en aquellos momentos, pertenecía a la Républica Democrática Alemana, mejor conocida como Alemania Oriental, y fue por aquel entonces cuando vivió su mejor época.
Y es que el equipo, fundado en 1965, llegó a proclamarse campeón de la extinta Recopa de Europa (por entonces la segunda competición continental) en 1974 al derrotar al todopoderoso Milan.
Los años de gloria durarían también durante los ochenta, pero desde la reunificación alemana el equipo nunca ha tenido brillo, llegando incluso a militar la temporada pasada en la tercera categoría nacional.
Pese a ello, el Magdeburg consiguió lograr el ascenso esta última campaña y poner la primera piedra en el camino para volver a ser lo que un día fueron. Ahora, con la alegría del ascenso aún fresca, afronta con toda la ilusión del mundo su debut en esta edición de la Copa de Alemania.
Si en 1974 los alemanes ya consiguieron sorprender a Europa alzando un título, ¿por qué no pueden volver a deslumbrar casi medio siglo después?