Uno es extremo. Precisamente el puesto que ha ocupado prácticamente toda su carrera el ahora lateral Jesús Navas. El de Los Palacios y el belga Adnan Januzaj fueron lo más destacado de un Real Sociedad-Sevilla que no pasará a la historia ni por juego ni por ocasiones.
Ambos equipos lo intentaron, pero Garitano y Machín, dos buenos técnicos, se anularon bien en la pizarra y el marcador no se movió en los 90 minutos. Los andaluces no aprovechan el tropiezo del Atlético y los vascos siguen sin encontrar su lugar en la presente Liga.
La Real Sociedad, tal vez más necesitada por jugar en casa, fue la que llevó tímidamente la voz cantante en la primera mitad. El Sevilla contemporizó y buscó sus opciones con el paso de los minutos, aunque lo cierto es que el primer acto fue bastante frío.
Poco que contar en la primera media hora de juego más allá de los tibios intentos de Januzaj y Jesús Navas. El belga, con ganas de agradar en su primera titularidad, fue el que más lo probó, pero pecó de demasiado individualista a la hora de decidir. Un disparo suyo casi sin ángulo fue la más clara de los primeros 45 minutos para los realistas. Claro que muchos pensarán que mejor podía haber centrado.
Por parte de los de Machín, un disparo desde la frontal de Banega que salvó bien Moyá y un buen puñado de centros de Jesús Navas, ligeramente vencedor en el bonito duelo que libró durante todo el choque con el ex 'merengue' Theo.
Sin gol ni emoción
Tras el paso por las duchas, el juego de ambos mejoró. Más por empuje que por triangulaciones preciosistas o contragolpes verticales. Avisó el Sevilla con córner y chut de Jesús Navas en el primer minuto de la reanudación, pero también la Real se estiró y Januzaj calcó la acción de la primera parte junto a la línea de fondo con idéntico resultado.
Entre contragolpes del de Los Palacios y centros al área de Januzaj pasó la segunda mitad, que se tornó en más aburrida en cuanto Garitano y Machín le pusieron su toque al choque con los cambios.
Primero buscó más fortaleza en el centro del campo el vasco al dar entrada a Zurutuza por Oyarzabal y luego reaccionó Machín metiendo a Roque Mesa por Muriel. Entre medias, un cabezazo de Willian José a las manos de Vaclík. El checo, seguro en el poco peligro generado por los donostiarras, fue protagonista; no pudo serlo el brasileño, que pasó más tiempo en la banda que donde realmente es efectivo, en el corazón del área.
La entrada a la desesperada de Sandro, tan voluntarioso como desacertado, no aportó el fruto esperado para los locales. Y tampoco el Sevilla, que tuvo el gol de la victoria en un contragolpe con pésima ejecución de Banega y Roque Mesa, pudo evitar el 0-0.
Así, sólo un error, que los hubo a puñados, podía haber cambiado el signo de un encuentro que acabó con ambos satisfechos y ya pensando en hacer bueno el empate durante la próxima jornada.