A menudo, pensar en el futuro hace olvidar el presente. El Barcelona lo hizo pero, gracias a Ter Stegen y a Lewandowski, no tuvo que lamentar males mayores en Palma de Mallorca.
El Mallorca vendió cara su piel. Lo reflejó la cara con la que salió Jaume Costa del partido, lesionado y habiéndolo dado todo sobre el verde, pero siendo insuficiente para sacar un resultado positivo.
Xavi optó por rotar, medio obligado por las lesiones en el parón de selecciones, el otro medio pensando en Milán, donde le espera una final de Champions League.
La frescura que ha tenido este Barcelona en Liga esta temporada desapareció. Sin Pedri, el conjunto azulgrana no sabe atacar las defensas cerradas. Y ese fue el plan del Mallorca.
Una defensa por dentro con espacios por fuera
Javier Aguirre optó por sobrepoblar el centro del campo para impedir que los Gavi o Kessié encontrasen a sus compañeros por dentro. Ni Ansu Fati ni Dembélé fueron capaces de encontrar espacios para correr.
Le salió el plan bien al 'Vasco', si no llegar a ser por un genio llamado Lewandowski. El polaco se sacó de la chistera un golazo, con recorte y balón al palo largo incluido, que resquebrajó a toda la defensa del Mallorca.
El mejor Ter Stegen
El Barcelona hizo una victoria que la firmaba el Real Madrid. El '9' para meter, y el '1' para salvar. Ter Stegen se puso la capa para superar su récord de imbatibilidad en Primera y demostrarle a Flick que merece estar por delante de Neuer en Alemania.
Una, y otra, y otra vez, el germano respondió a las acometidas de los Muriqi, Kang-in Lee o un Jaume Costa que rio por no llorar cuando le preguntaron por la actuación del portero del Barcelona.
Ni siquiera la entrada de Pedri en el campo dio control a un Barcelona que sobrevivió al correcalles en el que se convirtió el partido. Solo la diosa fortuna quiso que el encuentro finalizase con el 0-1 con el que Gil Manzano decretó el cese.