El Alavés logró empezar con gran pie la temporada 2019-20 y demostró que seguirá con los mismos argumentos que ya tenía con Abelardo con su nuevo técnico Garitano.
Los vitorianos comenzaron algo dubitativos y, de hecho, el Levante fue mejor en la primera parte, pero terminaron mucho mejor y, además, mostraron un mayor olfato de gol.
El miedo a perder marcó el estreno de la Liga en Mendizorroza. Suele pasar que ningún equipo quiere empezar con mal pie el campeonato liguero y, sobre todo, esta máxima se cumple en la máxima expresión en los modestos.
El Levante, a los puntos, se llevó el primer combate. Sergio León tuvo la más clara en un intento de vaselina que se fue desviado y Pacheco salvó al Alavés en una de las últimas acciones de la primera parte, a remate a bocajarro de Bardhi.
Más suelto, el equipo vitoriano marcó pronto tras el descanso. Joselu mostró su olfato de gol y superó con un cabezazo en un saque de esquina a Aitor. Maripán remachó sobre la línea el despeje del portero, pero las repeticiones revelaron que el balón ya había entrado en el cabezazo del ex del Newcastle.
Desde entonces, el Alavés trató de explotar su velocidad al contragolpe y lo fio todo a la seguridad que siempre aporta Pacheco. El portero salvó un mano a mano con Sergio León, pero esa no sería su única parada, pues también evitó el 1-1 en un cabezazo de Vezo a la salida de un córner.
No pasó mucho más pese a los mil y un balones al área del Levante en los últimos instantes. Con menos brío ofensivo pero una mayor seguridad atrás, el Alavés comenzó con triunfo y buena cara ante su afición esta campaña 2019-20.
Todo lo contrario que un Levante que ofreció un buen desempeño, pero estuvo muy poco acertado de cara a gol. La diferencia la marcó Pacheco.