Conor nació hace 23 años en Kent, Inglaterra. Pero es escocés por parte de madre, y norirlandés por herencia de su abuela. Además, se ha formado como futbolista en Gales. Ha sido Irlanda del Norte quien se ha llevado este 'mix' a sus filas primero, algo que no desagrada en absoluto a Conor.
"Siempre supe que era seleccionable por Irlanda del Norte, ya que mi abuela era de Belfast. También sabía que podía jugar con Escocia por mi madre, pero nunca fue una opción, para gran decepción suya. Lo tuve claro, aunque nunca he estado en Irlanda del Norte", declaró al diario norirlandés 'Belfast Telegraph' tras conocerse su convocatoria por Michael O'Neill para el amistoso ante Gales.
Conor quiere ser como Jamie Vardy, pero en norirlandés. Fichó este pasado mercado invernal por el QPR, procedente del Peterborough United, club que milita en la League One. Y hace cuatro años jugaba en la Non League Division, en el St. Ives Town.
Compaginaba el fútbol con el trabajo de cartero, en bici, hiciera sol, lloviera (algo habitual en el Reino Unido) o incluso nevase. Su buena actuación llamó la atención del Newport County, equipo con el que debutó en la League Two. Y de ahí dio el salto al Championship de la mano del QPR, previo paso por el Peterborough.
Probó con ambos equipos cuando era joven, y ambos le rechazaron. Los paralelismos con Vardy son pasmosos. Y él lo sabe. "Es el ejemplo perfecto. Tengo que seguir trabajando duro y mejorando. Todo es cuestión de hambre. Para ser honesto, tenía pocas esperanzas de ser jugador profesional. ¡Había pensado incluso en meterme en el ejército!", aseguró al mentado diario.
Sus buenas actuaciones con el Queens Park Rangers le han valido la llamada para defender la verdiblanca de Irlanda del Norte. Y si cuaja, es posible que vaya a la Eurocopa. Podría pasar de repartir cartas en bici cuando el fútbol era un hobby, a jugar la máxima competición europea de selecciones.