Se notó desde el principio que el cuadro local había trabajado duro para mantener a raya el ataque contrario. La evidencia es que no fueron capaces de hacer un gran daño hasta que se acercaba la primera media hora del juego; mientras, los rojinegros iban llegando poco a poco.
Pero, conforme avanzaba el tiempo, se imponía la calidad individual de los visitantes. Álvaro dio el susto con un testarazo al palo que cerca estuvo de convertirse en la primera diana del duelo. Desde entonces, estuvieron un paso por encima de sus rivales.
Poco a poco, los de casa volvieron a mejorar y devolvieron el duelo a un clima de más igualdad. No conseguía entonces ninguno de los dos bandos acercarse con peligro a las porterías objetivo y el colegiado acabó pitando el descanso sin que se dilucidara un cuadro superior.
La charle de Villas-Boas no les pudo sentar mejor a sus pupilos. Salieron más que inspirados a la segunda mitad y controlaron de pleno sin dejar que el Rennes se acercase a sus dominios. Tocó remangarse y estar al 100% en defensa para que llegara el tanto.
Destacó Maouassa y también Carnavinga en labores de contención, pero no podían evitar que los de Marsella se acercaran cada vez más. Dio el aviso Payet con un zapatazo desde la frontal ante el que tuvo que meter mas manos abajo Mendy para evitar el gol.
Se veía venir el desenlace y tuvo que ser, como no podía ser de otra manera, Payer el que lo desencadenara. Un misil de falta se estampó directmanente contra el poste para que llegara Strootman al rechace y mandara la pelota al fondo de las mallas. 3 puntos más para el Olympique.