Sébastien Corchia, que celebró sus 30 años el pasado 1 de noviembre, no sabía que su carrera futbolística se iba a truncar a partir de cumplir los 27. Cuando se presupone que un jugador llega a su pico de forma (27-30 años), el francés tomó el camino inverso, y todo por culpa de las lesiones.
Hasta que cumplió 27 primaveras, el defensa del Nantes, que estuvo en el Sevilla y en el Espanyol, solo había estado lesionado hasta entonces un total de 55 días desde su debut como jugador profesional, que fue en la 2008-09 con el Le Mans.
Su promedio era óptimo para un jugador de tan alto nivel, sin embargo, todo cambió el 1 de noviembre de 2017, cuando llegó a la fatídica cifra. En solo un año estuvo lesionado 116 días, más del doble que anteriormente en toda su carrera deportiva.
Pero esto no quedó ahí. Con 28 años se pasó también muchos días en el dique seco (104), por lo que el jugador se perdió en dos primaveras un total de 220 días, que quedaron atrás cuando cumplió 29.
En la cifra previa a la treintena, el defensa se pasó nada más y nada menos que 242 días lesionado, o lo que es lo mismo, un 66% del año perdido para un futbolista que parece no tener otra oportunidad para reconducir su carrera.
En el Nantes, en el que juega de lateral derecho, solo ha disputado dos partidos hasta el momento, uno el pasado 18 de octubre, frente al Stade Bretois y otro el pasado 22 de noviembre, frente al Metz.
Ahora, la oportunidad se le presenta de nuevo ante el Lens. ¿Dejará atrás las lesiones y mantendrá una continuidad?