Y es que el croata -y no Serdar Taşçi- había sido el elegido para cubrir la vacante dejada por el alemán tras su lesión, pero no tenía claro qué iba a pasar con él una vez se recuperase Boateng.
Al final, el miedo a quedarse en el ostracismo a partir del próximo verano pesó mucho más que la posibilidad de jugar en un grande como el Bayern.