Precisamente frente al Betis, en 2015, Keylor Navas se fundía con la parroquia del Real Madrid, deteniendo un penalti y un mano a mano a Rubén Castro. Un gesto sincero y honorable de la afición blanca a su portero, días antes del histórico incidente con el fax de De Gea.
Cuatro años después, el guardameta 'tico' se llevó la ovación de su afición antes si quiera de comenzar a jugar frente al conjunto verdiblanco. El portero fue aplaudido antes, durante y tras el encuentro, pese a la enésima derrota del equipo para despedir una temporada horrible.
"No puedo decir lo que nos dijo Keylor antes del partido, solo puedo darle las gracias, ha sido como un padre para mí", reconoció Fede Valverde, visiblemente emocionado. Mucho más que un guardameta, Keylor fue un ejemplo de profesionalidad e integridad inusitado en los deportistas.
La imagen de Navas recorriendo el Santiago Bernabéu ya vacío con chanclas provocó el llanto en Costa Rica, desde donde todos claman contra el club por su adiós: "El Real Madrid a veces se parece a una máquina desalmada que tritura hombres". Un discurso que publicó 'La Nación', pero que comparte toda la nación.