Después de una temporada con muchas críticas en Barcelona, Coutinho logró demostrar que todavía puede ser ese futbolista desequilibrante capaz de decidir partidos. Con mucha libertad entre líneas, el '11' fue el mejor de los suyos y comandó la victoria de la anfitriona, que apenas tuvo problemas en su propia área ante una guerrera pero poco peligrosa Bolivia.
Eso sí, costó y mucho abrir la lata. Brasil dominó en todos los sentidos durante la primera mitad. Dominó la posesión, la usó con sentido y encontró ocasiones suficientes para marcharse al descanso con un resultado amplio. La realidad: un 0-0 que hacía dudar a los de Tite.
Con el espectáculo previo de luces, música y pirotecnia, se podía adivinar el encuentro que se iba a ver sobre el terreno de juego de Morumbi. Emocionante el ambiente durante los himnos, hipnotizante incluso cuando sonó el local.
Precisamente, fue el despertar de una hipnosis lo que le tocó vivir a Coutinho. Tras una campaña de altibajos en el Barcelona, llegando a ser pitado y criticado por la afición 'culé', esta Copa América iba a ser un nuevo examen para él. Con la lesión de Neymar iba a tener que llevar ese papel de líder y estrella sobre sus espaldas. Y frente a Bolivia no le pesó en ningún momento.
Como si el partido se disputara solo en la mitad de un campo. Algo así fue la primera mitad en Sao Paulo. En los primeros diez minutos de choque, la 'Canarinha' tuvo oportunidades para poder ir cómodamente con un 2-0. Primero fue Firmino y después, Thiago Silva. Ambos malograron dos oportunidades a balón parado.
Richarlison, muy activo en el primer tiempo, insistía una y otra vez por banda derecha, mientras que Neres lo hacía por la derecha. Bolivia, casi encerrada en su propia área, no lograba desquitarse ese arreón inicial -esperado- de la anfitriona.
Pese al acoso y derribo de los brasileños, el empate a cero campeaba en el marcador cuando los 22 protagonistas se retiraron del césped de Morumbi dirección a vestuarios. La cara de Tite lo decía todo: el reloj corría en su contra.
Coutinho encuentra un abrelatas en el VAR
Todavía estaban entrando varios aficionados a las gradas tras el descanso cuando Brasil vio la luz con Pitana, el árbitro del encuentro. La 'Canarinha' pidió penalti por una posible mano de Haquin. El colegiado no la apreció y la jugada continuó pese a las protestas locales. Un pitido de esperanza escuchó el equipo anfitrión cuando Pitana paró el juego para revisar la acción en el VAR.
Tras unos minutos de incertidumbre, el juez del choque decretó la pena máxima tras ver la jugada repetida gracias al videoarbitraje. Acabó siendo la herramienta para derribar el muro del combinado boliviano. A Coutinho no le pasó la responsabilidad y recogió rápidamente el balón para lanzar. Uno, dos, tres pasos... y para adentro. Nada pudo hacer Lampe ante la buena ejecución de 'Cou'. Un tanto que completaba los buenos minutos que había firmado.
Y su despertar iba a confirmarse solo tres minutos después. El '11' demostró que quería dejar atrás su letargo de todo el año y firmó el segundo gol de Brasil. Buena acción de Roberto Firmino en la banda derecha, que puso un centro delicioso al segundo palo. Y el ex del Liverpool lo aprovechó. Doblete y 2-0 para dejar casi sentenciado el encuentro.
A partir de entonces, tanto Coutinho como la Selección Brasileña se gustaron, aprovecharon esa calma que les daba el resultado. El hipnotizado durante meses, el futbolista 'culé', se encargó esta vez de jugar él con el reloj para marear a sus rivales. Participativo, gustándose en cada acción.
A la fiesta de 'Cou' se quiso sumar Everton, que entró en el lugar de Neres en la segunda parte. Y estuvo a la altura de la pirotecnia que había ya en Morumbi. Encaró a dos rivales y golpeó con su pierna derecha al palo largo de la portería de Lampe, que solo pudo mirar. 3-0.
Un resultado con más valor de lo que pueda aparentar. Brasil superó esas dudas de la primera mitad -por falta de gol- y encontró en Coutinho ese líder que tanto se podía echar de menos con la baja de Neymar. Una de las favoritas, la 'Canarinha', no falló en su estreno y pone desde ya el listón alto a sus rivales.