Ya dejó una declaración de intenciones sobre la mesa en el segundo minuto del encuentro con un disparo desde fuera del área. Le pegó con la pierna mala y no consiguió generar demasiado peligro, pero fue un anticipo de lo que sería su actuación.
Orquestó las jugadas de los de Niko Kovac y no dejó de moverse en la frontal del área rival. En cuanto podía, disparaba o asistía a algún compañero. Borjan tuvo que intervenir en más de una ocasión para frenar su marcado ímpetu, que pudo valer por más dianas.
Pero fue en el minuto 40 cuando consiguió mandar la pelota al fondo de la red. Curiosamente, no fue con un chut potente desde lejos, como estaba haciendo en los compases anteriores, sino con un sutil toque gracias a un pase raso lateral.
El centrocampista desvió el esférico de tacón con mucha calidad y sorprendió al guardameta rival, que no pudo reaccionar a tiempo para evitar que el balón entrara en la meta. El colegiado tuvo que anular el tanto por fuera de juego, pero fue una muestra más de su nivel.