Casi todo lo que se habla del ex jugador del Liverpool es malo esta temporada. Pesa mucho la etiqueta de ser la inversión más cara en la historia de la entidad. Es una situación común en 'Can Barça' cada vez que abre la cartera.
De hecho, el tipo al que por meses le quitó el cartel de fichaje más caro, Ousmane Dembélé, vivió una situación así durante mucho tiempo. Ahora ha cambiado la inercia. Empezó a ser determinante, diferente. Y ahora ya es ojito derecho de la grada, pese a sus desmanes extradeportivos.
Es, de hecho, de los pocos que se libra de no haber decepcionado como gran apuesta del club. Junto a él, Neymar, Luis Suárez y Paulinho, con un rendimiento bastante alto.
En la lista negra figura un tipo que lo fue todo con el Ajax y el Arsenal, y que recaló tarde en el Camp Nou, cuando su fútbol ya no era tan desequilibrante. Marc Overmars, que en su momento costó 40 millones, decepcionó. El Barça quiso olvidar el robo de Figo con él, pero pinchó en hueso, pese a que militó cuatro años en la Ciudad Condal.
Más contemporáneo es el fracaso con André Gomes. Destacó y lució mucho en el Valencia y por eso el Barcelona gastó 37 millones en él, pero su incidencia en el club fue escasa. No respondió ni anímica ni sicológicamente al gran reto y hasta fue pitado en casa. Su salida definitiva de la entidad se acerca.
También llegó como un fuera de serie Zlatan Ibrahimovic. Tuvo sus momentos de inspiración, sí, pero se habló más de su mala relación con Guardiola y la falta de adaptación a un entorno polarizado por Messi. Casi 70 'kilos' se invirtieron en él.
Reciente está igualmente el bajón vivido con Malcom. Los 41 millones que se soltaron a toda velocidad para evitar que la Roma se lo llevara del Girondins no han tenido respuesta sobre el terreno de juego. De hecho, también está entreabierta la puerta de salida para él.