La resaca suele dar hambre. Y Cristiano llegó a Ipurua con ganas de más. El portugués sigue insaciable en busca de algo que alimente sus vitrinas antes del Mundial. Se ha propuesto ganar una tercera Champions y robarle el Pichichi al Barcelona, que tiene a Messi y Suárez en cabeza. Ante el Eibar, sumó su séptimo partido consecutivo marcando y 13 tantos en esos mismos duelos. Unas cifras que aterran a los que se cuelen en el bombo de cuartos y a los rivales que quedan por delante en Liga.
En Ipurua, el Madrid volvía a la realidad liguera tras la bonita epopeya escrita en París. El Eibar no parecía el mejor rival para consumar ese traslado de sensaciones y objetivos, pero Zidane cuenta con el as en la manga de Cristiano. No se guardó al portugués y eso fue precisamente lo que le dio el partido.
Porque el Eibar propuso un partido intenso desde el minuto uno. Presión alta para complicar la salida de balón de un Madrid que sólo encontró oxígeno con balones largos en busca de Bale o Cristiano. La concentración no era la de la Champions, pero el equipo de Zidane aguantaba el tipo y comenzaba a dominar tras pasar el apretón inicial de los armeros.
Cristiano sigue insaciable
En cuanto se calmó el partido, irrumpió Cristiano para romperlo. Robo y maravilla de Modric para que el portugués la mandara a guardar dentro de la portería de Dmitrovic. Antes la había tenido Bale, pero el galés sigue en esa mediocridad que le mantiene más tiempo en el banquillo y en el mercado que en el once titular.
El 0-1 animó al Madrid, que tuvo el segundo en un par de remates de Cristiano que obligaron a Dmitrovic a multiplicarse y firmar varias intervenciones para enmarcar. A destacar, una mano prodigiosa casi a bocajarro. Por el camino, Zidane había perdido a Varane, mareado tras un choque con Kike García.
También caería Ramis, pero antes se aseguró firmar el tanto del empate con un buen testarazo en el segundo palo a la salida de un córner. Exigía el Eibar a un Madrid que repetía el guión de esta extraña Liga que está cuajando. Quiso cambiar la dinámica Zidane con Benzema y Lucas Vázquez, pero tocó sufrir tras la inesperada marcha de Sergio Ramos a vestuarios durante algunos minutos.
Falló el Eibar, no perdonó el de siempre
El Eibar apretó ante un rival con diez, pero la sangre no llegó al río. Decía Simeone sobre Messi que si jugara con la camiseta del Atlético habrían ganado en el Camp Nou. Mendilibar habría asegurado lo mismo sobre Cristiano. Porque su equipo tuvo hasta tres ocasiones para el 2-1 y acabó hincando la rodilla ante el insaciable portugués.
Error de Pedro León y banana perfecta de Carvajal para que Cristiano la empotrara en la red con un violento cabezazo. Entró como una exhalación para poner el 1-2 y darle el triunfo a un Real Madrid que se sigue afianzando en esa tercera plaza, no pierde de vista la segunda y afila uñas de cara a los cuartos de la Champions.
Todo, ante un Eibar peleón que tiene mimbres para soñar con Europa. La puerta sigue abierta y las sensaciones ante el Madrid invitan a seguir soñando con otro hito histórico para la entidad armera. Hoy, sólo les faltó Cristiano. Pero de ese sólo hay uno y lo tiene el Madrid.