El 'factor campo' se concibe como la ventaja de la que disfrutará el equipo que, en una eliminatoria de ida y vuelta, dispute el segundo partido en casa, entendiendo que la afición y el campo de juego beneficiarán al equipo local.
Pero esta supuesta ventaja, si es analizada con frialdad, pierde su razón de ser si se cae en la cuenta de que los goles del equipo visitante valen doble en caso de empate.
Así, en una eliminatoria igualada, la presión por tener que marcar y el miedo a recibir gol en contra pueden apoderarse tanto de jugadores como de afición local, perdiendo el efecto positivo de jugar en casa.
En el fútbol de hoy en día, en el que muchas veces prima mantener la portería a cero por encima de marcar gol, también se encuentra en desventaja el equipo con 'factor campo' a favor.
El el partido de ida de una eliminatoria, si el que el equipo local consigue mantener a cero su portería, es consciente de que marcando un gol en la vuelta fuera de casa está prácticamente clasificado. SIn embargo, el equipo con el supuesto 'factor campo' a favor se verá obligado no sólo a mantener su portería a cero, sino también a marcar fuera de casa si no quiere ver seriamente comprometida la eliminatoria.
Por tanto, el equipo con el 'factor campo' a su favor encara ambos encuentros con mayor obligación que su contrincante. Además, hoy en día cada vez hay más desplazamientos por partidos fuera del propio estadio, e incluso del propio país, por lo que los futbolistas están cada vez más acostumbrados a jugar como visitantes.
Hay estudios que demuestran que los futbolistas profesionales no muestran niveles de ansiedad diferentes jugando en casa o como visitantes. Las expectativas de la afición local puede ser un factor que añada más presión a los jugadores locales, que puede ver comprometido su rendimiento por este factor psicológico.