Historias en el mundo del fútbol hay millones. Cuando uno mira más allá del fútbol de élite, encuentra cuentos casi de ciencia ficción, que infusionan historias increíbles con líos de impagos y carreras en las que un jugador es capaz de luchar codo con codo contra Nesta o Trezeguet y, en unos meses, pasar a hacerlo con ricos omaníes que juegan por puro placer, pues tienen la vida solucionada.
El caso de Víctor Herrero, conocido deportivamente como Pulga, es impactante. Joven debutante en el Castellón cuando el conjunto 'orellut' disputaba la Segunda División, allá por 2005, pronto se convirtió en un jugador importante de la Segunda División B, donde disputó más de 100 partidos de manera consecutiva de 2007 a 2012.
Fue entonces cuando recibió una oferta a través de un extraño correo electrónico. "Pensé que estaba listo para irme fuera y que lo tenía controlado, pues había vivido en siete u ocho ciudades españolas, pero nada más lejos de la realidad", apunta. Llegó al Iraklis Psachna griego y pronto empezaron los problemas económicos y de otra índole. "Estás fuera, tienes problemas y no sabes ni con quién contactar ni cómo hacerlo", detalla.
Estrella en el extranjero
Tras un paso breve por el Kallithea, su carrera cambió en 2014. La AFE contó con él para el FIF Pro y, tras un gran torneo, el Kerala Blasters le ofreció irse allí a disputar la primera edición de la Superliga India.
Era un campeonato nuevo y en el que iban a jugar estrellas como Del Piero, Trezeguet... Así que le dio confianza y no lo dudó: "Sabía que si jugadores así iban a formar parte de la Liga es que iba a haber seriedad".
Pero pronto llegaron los problemas, pues en uno de los primeros partidos se lesionó de gravedad. "El equipo me ofreció pagarme lo que fuera y rescindirme el contrato para buscar un sustituto, pero yo lo que quería era jugar porque la Liga me había gustado mucho", dice. Así que trabajó y pudo llegar para los últimos partidos, en los que su equipo ganó y se metió en el 'play off', alcanzando la final.
Su buen rendimiento le hizo repetir la siguiente campaña, aunque un cambio de entrenador e ideas le llevó a emprender un camino alejado del lujo que supone jugar ante futbolistas contrastados como Pires, Nesta o el resto de los mencionados con anterioridad.
Después de jugar en dos etapas en el Rayo Majadahonda y también en Indonesia, puso rumbo a Bolivia para jugar en el siempre exigente Nacional de Potosí. Pulga reconoce que aquella fue una de sus peores experiencias. "Vivíamos en un lugar con mucha altura y presión y al principio casi no podía ni respirar", recuerda. "Las cosas no iban mal, pero caímos eliminados de la Copa Sudamericana y querían que nos bajáramos el sueldo. Ahí empezaron todos los problemas", prosigue.
Acabó fatal y aún sigue intentando cobrar un dinero que el equipo boliviano le adeuda. Entonces, cuando ya no esperaba algo así, volvió a surgirle la oportunidad de regresar a Kerala Blasters para una tercera etapa. Fue el pasado mes de enero, cuando se lesionó un jugador y un equipo que ya guarda en el corazón se acordó de él.
La última etapa de esta completa carrera tuvo lugar hasta ahora, cuando se encuentra buscando equipo en las Sesiones AFE, en Omán. En el Al Wusta confiesa que vivió bien, aunque la falta de profesionalidad y el bajo nivel del fútbol del país le lastró: "Había jugadores que llegaban tarde a entrenar... pero lo hacían con sus cochazos y no pasaba nada. Trabajaban por puro 'hobby', porque tenían la vida resuelta".
Paralelamente, Pulga ha empezado a hacer sus pinitos en el mundo de la dirección deportiva. Cogió al Almazora, equipo de su pueblo, en Tercera, casi desahuciado, y no pudo evitar el descenso de milagro, pues bajó por golaverage ante el filial del Elche después de una gran remontada.
Lejos de abandonar, el centrocampista ha redoblado sus esfuerzos, ya que ahora también es el presidente del club tras ganar las elecciones. No lo hace para asegurarse un futuro y sí con el objetivo de seguir disfrutando del fútbol una vez que acabe su carrera. Una carrera a la que, por cierto, todavía le queda mucho fútbol por delante.