Gareth Bale, estos días protagonista por sus visiones más íntimas, fue otra estrella precoz en el Southampton, cantera de varios de los últimos grandes jugadores de la Premier League. De allí se marchó al Tottenham, aunque la historia podría haber cambiado radicalmente si Alex Ferguson hubiera andado más vivo.
El galés tenía 16 años, el entrenador del Manchester United le echó un ojo y se fue a verlo. El resto del relato lo completa en 'The Athletic' George Burley, ex entrenador del Southampton entre 2005 y 2008.
"Era como un extremo que jugaba de lateral. El United estaba interesado y recuerdo haber ido a un hotel para hablar con Alex Ferguson y su director ejecutivo. Por entonces, ya habíamos vendido a Walcott por 12 millones de libras (unos 13 millones de euros) al Arsenal y ellos ofrecieron tres o cuatro millones. Dijimos que de ninguna manera", rememoró.
A juicio de Burley, si el United no subió más su apuesta fue porque "estaban un poco preocupados por su faceta defensiva, en la que ya estábamos trabajando, pero él podía manejar eso".
Finalmente, el Tottenham pagó unos millones por el galés. El resto de la historia es de sobra conocido.