El zaguero francés, que incluso se rumoreó que podría volver a vestirse de corto hasta hace no mucho, repasa su vida deportiva y su retirada, que tuvo lugar en 2016.
"Todavía vivo en Milán y cuido de mis tres hijos. Son mi prioridad y vivo por ellos. El fútbol fue mi pasión, pero ellos son mis amores. Rápidamente supe lo que necesitaba y dónde estaba lo esencia y me desprendí de lo superfluo. El fútbol es una burbuja", explica Mexès.
El internacional con 'les bleus' fue uno de los defensas más respetados de la Serie A durante bastantes años, pero confiesa que le ha sido fácil pasar desapercibido en la vida real.
"No soy Zidane, Totti o Thuram y quiero es ser como todos los demás. Llevo a mis hijos a la escuela, al fútbol, hago los deberes con ellos... Quería salir y hacerles salir de una dimensión ficticia. Eran parte de un personaje", relata Mexès.
El ex de Milan o Roma narra su retirada y dice que puso punto final a su carrera para no engañar a nadie. "No me sentía bien. Tuve dolores de rodilla y, a pesar de que me quedaba un año de contrato, decidí acabar. Tal vez podría haber jugado otros dos años a buen nivel, pero no quería engañar a nadie", aclara, en un gesto que le honra.
Por último, Mexeès no pasó de puntillas por la altanería que se le presupone a los futbolistas y dio su propia versión. "Fui un poco gilip****s y no lo niego. Siempre asumí esa imagen. También era una puesta en escena: las medias subidas hasta las rodillas, el pelo largo, la coleta, los cortes de pelo... Formaba parte de mi pantomima, de mi personaje, pero ya no puedes pedir a nadie que te quite esa etiqueta", concluye el defensa francés, famoso por su contundencia en el terreno de juego... y también fuera de él.