Hay jugadores que son capaces de atravesar las rivalidades más fuertes con su talento, uno que logra lo insospechado. El día 19 de noviembre de 2005, madridistas y 'culés' vieron un tipo de magia que consiguió una tregua en la batalla que los dos equipos mantienen.
Aquella noche, Ronaldinho fue la peor pesadilla de tres símbolos del madridismo: Sergio Ramos, ahora capitán de los 'merengues', Iván Helguera e Iker Casillas. Con su alegría, con su sonrisa gigante por bandera, el brasileño hizo dos golazos en la casa blanca.
Y el Bernabéu, estadio tan exigente con sus jugadores que ha sido criticado en multitud de ocasiones por ello, también sabe mostrar la misma exigencia con los rivales y reconocer una magia tan poco común.
Tras el segundo tanto de 'Ronnie', heridos en el orgullo pero conquistados por el eléctrico talento del brasileño, los aficionados del Real Madrid dejaron los colores a un lado y aplaudieron al azulgrana. Por un momento, 'culés' y madridistas celebraron lo mismo.