En la temporada 2011-12, el humilde APOEL de Nicosia fue capaz de plantarse en los cuartos de final de la Champions League. Tras superar la fase de grupos, el cuadro chipriota eliminó por penaltis al Olympique de Lyon.
En la siguiente ronda le esperaba el Madrid, que le pasó por encima en dos partidos sin historia. 0-3 en la ida y 5-2 en la vuelta. Los blancos, entrenados por Mourinho, no encontraron rival; aunque el APOEL ya había ganado antes de empezar.
Desde entonces, el APOEL ha sido un habitual en competiciones europeas. De hecho, el pasado curso volvió a verse las caras con el Real Madrid, en este caso en la fase de grupos.
Esta temporada, sin embargo, el conjunto chipriota está al borde del ridículo en la fase previa. Este martes está obligado a remontar un 3-1 del partido de ida, disputado en el campo del Sūduva lituano.
Así, el APOEL se agarra al espíritu del GSP Stadium, un recinto que ha vivido noches históricas en las últimas campañas y que quiere seguir soñando con la mejor competición de clubes del mundo.