El conjunto va décimo en la tabla con un balance de cuatro victorias, siete empates y cuatro derrotas. Se trata de mucho menos de lo que quiere tener como objetivo la directiva, que ya llevó a cabo la dura decisión de cesar a Unai Emery como técnico.
La llegada de Ljungberg como entrenador interino no ha solucionado nada. "Por supuesto que estoy decepcionado, pero debemos seguir adelante. Los jugadores están faltos de confianza. Estamos en una situación difícil porque hemos perdido muchos partidos. Empezamos el encuentro sin energía, planos", reconoció él mismo en una rueda de prensa.
Los jugadores están desolados. "No sé qué decir. Siento que cualquier cosa que hagamos no va a salir bien. El equipo da lo mejor de sí mismo, creamos ocasiones, defendemos bien, pero parece como si necesitásemos muchísimas oportunidades para marcar y los rivales convirtiesen cada una de las que hacen contra nosotros. Estoy sin palabras", llegó a decir Bellerín.
Ni los datos, ni el rendimiento, ni las sensaciones acompañan a esta escuadra. De hecho, una acción llamó mucho la atención en Inglaterra. Durante el último partido, en el que los 'gunners' perdieron ante el Brighton, Özil llamó a Lacazzette desde lejos para recriminarle una jugada, pero el atacante le hizo caso omiso y se fue sin dirigirle la mirada -ni la palabra-.