Después de pasar por chapa y pintura, los tres jugadores salieron a la calle para esperar a que algunos jugadores amateurs les retaran.
Aunque al principio los chavales se las prometían muy felices, solo hizo falta tiempo para que los cracks del Bayern empezaran a demostrar su calidad.
Los futbolistas amateurs ponían cara de desconcierto, ya que conforme pasaban las jugadas estaban siendo más humillados. Al final los tres jugadores de Ancelotti se quitan el disfraz para la sorpresa de los allí presentes.