Darder, la pieza perfecta del Espanyol

Lo resumió bien el entrenador, Quique Sánchez Flores, después de vencer al Celta en Cornellà-El Prat (2-1). "Todos echábamos de menos un futbolista al que darle la pelota", analizó sonriente.

Lo cierto es que el mallorquín, de 23 años, otorga pausa, fluidez, toque, precisión, control y calidad en la medular del conjunto blanquiazul.

Es un futbolista diferente. Un perfil inédito en la medular de la plantilla. No es un francotirador con el pase como el mejor Iván de la Peña, ni un portento en la recuperación. Tampoco un goleador, aunque aporta mando y equilibrio en el medio campo, donde suma constantemente.

Lo de Darder no es una sorpresa. No lo fue cuando brillaba en las categorías inferiores del Espanyol, donde permaneció hasta 2012, ni tampoco cuando se fue al Málaga o, más tarde, al Olympique Lyon.

En La Rosaleda se presentó ante los que aún no conocían su potencial y en Francia, además del mimo al balón, mejoró su capacidad física.

Volver al Espanyol, a su casa, como él mismo ha aseverado en varias ocasiones, fue una decisión guiada por el corazón. Aquí espera brillar y liderar a su equipo hacia lo más alto. Lo hace con un discurso sereno, ambicioso y cercano, sabiendo que su llegada ha disparado la ilusión de muchos pericos.

El futbolista balear ya ha convencido a la afición catalana con un partido brillante contra el Celta de Unzué, en Cornellà-El Prat. Antes había debutado frente al Barcelona en el Camp Nou, pero el derbi no suele ser el mejor escenario para ver la mejor versión de la mayoría de equipos.

El técnico del Espanyol, Quique Sánchez Flores, es consciente de que tiene un recurso de lujo en el once inicial. Un jugador, que, como ha repetido en varias ocasiones, intenta hacer fácil lo difícil.

El club también asume que su llegada supone un salto de calidad. Por eso ya prepara los ocho millones que cuesta la opción de compra obligatoria.