Por más cómica que sea, la jugada lleva más hacia el compadecimiento que hacia la risa. El imperdonable fallo sorprendió a todos. Para dar continuar a una racha de errores incomprensibles en solo cuestión de una semana.
La acción, de hecho, fue como el reverso de la protagonizada por Choupo-Moting ante el Estrasburgo en la Ligue 1 justo una semana antes. Si el delantero del PSG detuvo la bola sobre la línea, el meta del equipo neoyorquino hizo todo lo contrario, no pararla.
Pasada la media hora de juego, con 2-2 en el marcador, un jugador del New York City dio un pase atrás para que su portero comenzara a jugar. Este colocó el pie para controlar, pero dejó el hueco justo entre la suela y el suelo para que el balón se colara por ahí.
Pronto se cumplirán dos años de otro recordado fallo del guardameta, que por entonces defendía los mismos colores ante el New England Revolution. Un balón fácil de blocar lo convirtió en un regalo para el gol de Teal Bunbury.