Al igual que ahora es el ídolo de sus compañeros de prisión, Cabral despertaba las emociones de los aficionados de Argentinos Juniors, que llegaron a bautizarle como el 'Nuevo Riquelme', pero todo cambió hace exactamente un mes y medio.
El centrocampista de 21 años fue relacionado direcamente con el homicidio de Joan Villegas Gualpa, un ciudadano de Mendoza hallado muerto de manera violenta durante la mañana de año nuevo. Esa noche, Joan discutió con el padre del jugador, uno de sus mejores amigos y dos de sus primos menores de edad.
Sin conocerse la identidad de quién lo hizo, uno de los cinco de los hombres que se pelearon con Joan le hizo impactar un trozo de hormigón en la cabeza que le provocó la muerte en el acto tras un hundimiento craneal.
"No tengo nada que ver, no maté a nadie", fueron las palabras que el jugador le transmitió a la Policía y a 'TyC Sports' en una entrevista, pero su testimonio no parece haberle servido a la justicia, pues desde entonces, y tras pasar casi dos semanas en comisaría, se encuentra recluido en la cárcel de San Rafael.
Es uno de los ídolos de los reclusos de su departamento. Hasta hace poco le veían desde los salones de ocio de la cárcel mientras maravillaba con Atlético Paranaense, pero hoy por hoy la historia es bien distinta.
"Mi club me rescindió el contrato y estoy seguro de que esto me va a cortar la carrera. Llevo semanas viviendo con miedo", expresó en su última entrevista el hombre al que el propio Juan Román Riquelme 'apadrinó' en Argentinos Junior.
Ya nadie confía en que el diamante brille y acabe pulido. El 'nuevo Riquelme' ha pasado a ser, para siempre, Luciano Cabral, un preso más, uno de esos jóvenes talentos que se quedaron en olvido antes de saborear el éxito.