Pero Baldé no es un desconocido. Vistió los colores del Barça en su etapa formativa. Canterano de La Masia, fue expulsado por una chiquillada.
De origen senegalés criado en Cataluña, el atacante fue desde sus comienzos una perla de la cantera azulgrana, a la que entró con nueve años.
Pero en 2011 fue expulsado por una broma que se le fue de las manos: en un torneo en Catar llenó de hielos la cama de un compañero. El club lo echó por indisciplina.
Estuvo cedido en el Cornellà, donde marcó casi 50 goles en una temporada. El Barça quiso recular y recuperarlo... pero la Lazio puso 300.000 euros y se lo llevó.
El extremo ha ido de menos a más en la Lazio. En 30 partidos, ha marcado 13 goles y ha dado cuatro asistencias.