Se llevó un tremendo golpe de Roy Makaay, y se rompió la nariz. A diferencia de esta segunda vez, Ramos logró taponar la hemorragia y terminar el partido.
Era un 7 de marzo de 2007, y el Madrid visitaba Múnich para enfrentarse al Bayern. Un Bayern que cayó 3-2 en el Bernabéu, y que desde el primer minuto se puso por delante en el marcador.
El Madrid estaba obligado a remontar, pero se quedó a medio camino. Dos imágenes quedaron para el recuerdo en aquel partido. Émerson siendo sentado por Capello a la media hora de partido (entró Guti para arreglar el desastre), y Ramos sangrando por la nariz tras el golpe de Makaay.
La temporada estaba por terminar, y Ramos optó por no operarse. Así se tiró tres meses, con el tabique roto. El de Camas aprovechó y además de arreglárselo cuando acabó la temporada, se hizo algún que otro retoque.
Esa nariz que tanto le costó tener vuelve a estar rota. La duda ahora es si le tocará volver a pasar por quirófano para corregir la fractura, o si ésta fue limpia y se podrá recolocar sin problemas.