Los 'red devils', con David Moyes a los mandos, atravesaban tiempos realmente turbios en 2013. Fue entonces cuando le llegó su oportunidad al belga, tren que no dejaría escapar en sus primeras apariciones.
Media Europa se quedó con el nombre del ahora jugador realista por actuaciones como la que salvó al United ante el Southampton. El técnico se la jugaba, el equipo rozaba el ridículo en la Premier y, ante el colista, no parecía que fuese a cambiar el panorama.
Fue entonces cuando Januzaj saltó al campo y, con dos goles, le dio la victoria a los de Old Trafford. Fue una situación más que similar a los primeros partidos de Ryan Giggs, allá por 1990, por lo que se ganó el cartel de heredero del galés.
Sin embargo, se fue desinflando con el paso del tiempo y llegó a salir cedido al Borussia Dortmund en busca del protagonismo perdido. El United le repescó, pero nunca volvió a ser el proyecto de estrella que parecía. Para colmo, la llegada de Van Gaal provocó una ruptura entre ambas partes y el problema parecía tener difícil solución.
Mourinho, tras fichar por los ingleses, lo descartó y militó durante el pasado año en el Sunderland, el equipo que le vio nacer. Este verano, la Real quiso repescarle y darle una nueva oportunidad, ya que a sus 23 años aún atesora la edad y margen de mejora suficiente como para hacer un importante desembolso por el belga. Pagaron unos 10 millones de euros y depositaron grandes esperanzas en él.
No comenzó mal el curso, pero su irregularidad y, especialmente, las lesiones volvieron a dejar a Januzaj a un lado, alternando bajas con titularidades y suplencias. Aun así, el '8' lleva cuatro goles y cuatro asistencias en los 30 partidos de Copa, Liga y Europa League en los que ha participado, pero no está cumpliendo con el papel que le guardaban en Anoeta.