Cuando Fede Valverde entró por detrás a Álvaro Morata en la final de la Supercopa de España de 2020, hubo debate sobre lo ético de aquello. El delantero se iba contra Thibaut Courtois, la prórroga acababa y vio la tarjeta roja. Pero en Alemania hay unanimidad con lo visto este fin de semana.
Último minuto del partido, el Wolfsburg pierde 2-1 en casa del Hoffenheim y hay córner para los visitantes. El portero Koen Casteels sube al remate a la desesperada para buscar el empate, pero el centro lo logra despejar la defensa.
En esa acción, el ex sevillista Munas Dabbur se hace con el balón y sale corriendo hacia la portería contraria, completamente vacía, y con todo el campo abierto. Solo le sigue el propio Casteels y el defensa Paulo Otávio.
Cuando Dabbur llega a la frontal del área rival para asegurar el disparo, el brasileño del Wolfsburg se le lanza por detrás con una terrible tijera por la que vio la tarjeta roja. Fue una cazada incluso más violenta que la de Valverde y con un factor diferencial: el marcador. Ya no había nada que ganar, fue de pura desesperación.
Se le critica a Paulo Otávio que pudo lesionar perfectamente a Dabbur, porque se le lanzó volando, con los dos pies por delante. El árbitro Markus Schmidt no dudó y los futbolistas del Hoffenheim se fueron contra él. Como es obvio, al VAR no le hizo ni falta intervenir.