Holanda salió al campo con tranquilidad y orquestó un esquema para controlar la pelota tranquilamente. Desde la defensa hacia el centro del campo, los futbolistas comenzaron a buscar huecos por dentro, pero sus rivales estaban bien cerrados, así que hubo que recurrir a las bandas.
Blind lo hizo de forma inmejorable y buscó un buen desmarque de Babel, que mandó la pelota al fondo de las mallas con algo de fortuna. Lepmets fue capaz de desviar su sutil remate, pero el esférico entró lentamente en su portería, erigiéndose en el único gol de la primera mitad.
Desde entonces, se trató de un monólogo aún más descarado sobre el verde. Depay entrenó el disparo intentando en varias ocasiones batir al portero rival, pero este estaba atento. Wijnaldum también probó suerte de cabeza y Babel trató de volver a marcar, pero no lo lograron.
El segundo acto se erigió en los mismos términos y Babel amplió la ventaja de los suyos con un preciso testarazo gracias a un centro teledirigido de Depay. El '10' estaba muy insistente en probar al cancerbero de lejos, pero en esta ocasión se vistió de asistente y no le pudo salir mejor.
La actuación de Lepmets, eso sí, fue soberbia. Aunque no sacó balones providenciales, sí que desvió muchos disparos de gran peligrosidad que le venían desde fuera del área. Fue el mejor de su equipo y, gracias a él, el resultado no fue más abultado.
Depay, con un disparo con la zurda desde la frontal del área, muy ajustado, y Wijnaldum, de cabeza, pusieron la guinda al pastel de una buena actuación de su Selección. No llevaron a cabo un desgaste excesivo, pero el suficientemente necesario como para doblegar a Estonia sin problemas. Deberes hechos.