Un Mundial, una Eurocopa, dos Champions League, una Internacontinental, una Supercopa de Europa, dos Ligas y una Supercopa de España. Ese es el legado que dejará Vicente Del Bosque como entrenador tras confirmar su retirada de los banquillos.
Se ha marchado como llegó, tranquilo. Siempre serio, siempre correcto, si algo ha definifido a Vicente Del Bosque es por saber encontrar el equilibrio justo en sus vestuarios, casi siempre lleno de estrellas, para gobernar equipos que a otros muchos se les resisten.
Es por ello, quizás, que Del Bosque es el único entrenador de la historia con un Mundial, una Eurocopa, una Champions y una Interncontinental. Sólo él sabe lo que es levantar los cuatro títulos más importantes de todo el planeta.
Sus comienzos
Tras 17 años trabajando en las oficinas del Real Madrid, Del Bosque da el salto a los banquillos a través del Real Madrid Castilla. Allí entrena 3 años, y tarda casi una década en coger el timón del primer equipo de forma definitiva, tras dirigir 12 partidos sustituyendo a otros entrenadores.
Logró su primera Champions League nada más desembarcar en el conjunto blanco en el año 2000. Poco después llegaría Florentino Pérez, los galácticos y otra época dorada que acabaría con otra Champions para el Madrid y para el entrenador.
Un día después de conseguir su segunda Liga, el Madrid anuncia su no renovación y dejar ir libre a un entrenador que le había dado dos Copas de Europa. Es entonces cuando se topa con la realidad, su gran fracado en los banquillos: el Besiktas.
Sólo 17 partidos entrenaría al conjunto turco, cesado tras una pésima racha en la que no fue capaz de cumplir los ambiciosos objetivos del Besiktas. Supuso un punto de inflexión en su carrera, y no retomaría su actividad en los banquillos hasta que Villar llamará a su puerta.
Llega a la Selección
Fue en 2008, en una situación si bien idílica bastante complicada de gobernar. España venía de ganar la Eurocopa ante Alemania, y el cartel de favorito para el Mundial de Sudáfrica pesaba tanto que la responsabilidad, tanto de él como de los jugadores, era altísima.
Tras la primera derrota ante Suiza, las críticas volaron directas hacia su labor. Críticas que fueron apaciguándose conforme el paso de los partidos, hasta conseguir una gesta nunca antes alcanzada por España. Vicente cosía la primera estrella para la Selección Española.
Dos años despues, la superioridad de España en la Eurocopa querdó reflejada en la final ante Italia (4-0). Partido para la historia, que supuso el cúlmen de su carrera en los banquillos. Ya no le quedaba más por conseguir al seleccionador español más laureado de la historia.
Después de ese partido, nunca nada volvió a ser lo mismo. El fútbol encontró la manera de invalidar a España, a la que todas las selecciones ansiaban ganar. Todas querían tumbar a aquellas leyendas que habían hecho algo que nadie nunca antes había hecho. Y lo han conseguido, hasta en dos ocasiones.
Pero el fútbol es el hoy y la memoria, a parte de selectiva, es muy corta. Es por ello, que nada de todo lo anterior importa ya y Vicente Del Bosque ha dejado el banquillo de la Selección con un reconocimiento escaso al que ha conseguido todo, sin decir una mala palabra de nadie.
Más allá de tácticas, cambios o simplemente fútbol, fue Vicente Del Bosque quien guió a España a cotas antes jamás alcanzadas. Y tras su marcha, sólo podemos hacer una cosa: quitarse el sombrero.