No es que esté siendo la Copa África más goleadora de la historia. La mayoría de encuentros se están resolviendo, al menos hasta el momento, por uno o dos goles de diferencia, no más. Así terminó el partido entre Túnez y Malí, con victoria por la mínima del segundo combinado (0-1).
Tras una primera parte sin goles y con poco que contar, la Selección de Mali se adelantó en el electrónico nada más salir de vestuarios. Ibrahima Kone no falló en el 48' desde los once metros y puso por delante a los suyos.
Luego, Túnez tuvo la oportunidad de igualar la contienda del mismo modo que encajó la diana, sin embargo, Khazri, en el 76', erró la pena máxima y el 0-1 no se movió en el marcador, aunque esto no provocó que los compases finales fueran una locura absoluta, más por lo irónico que por lo deportivo.
A pocos minutos para el final, Touré, jugador de Mali, vio la roja y su equipo se quedó con uno menos y con la idea de salvar tres puntos de oro. Ayudó a esto el colegiado, que llegó a pitar en dos ocasiones, sí, dos, la conclusión del choque.
Decretó, primero, el final en el 86'. Esto provocó un gran enfado en el cuadro tunecino, nada contento con esta decisión. El trencilla rectificó y decidió que el choque continuase, pero lo dio por terminado en el 89', sin llegar a jugarse los 90 minutos reglamentarios. Mali se llevó una victoria igual de sufrida como de polémica.
Cuando ya todo parecía que se quedaba ahí, apareció la Federación Africana de Fútbol, que pidió a ambas selecciones volver al campo para jugar lo que quedaba pendiente de partido. Todo apuntaba a que se iba a reanudar.
No obstante, los jugadores de Túnez, pese a ir por detrás en el marcador y en superioridad numérica, no quisieron regresar al terreno de juego, mientras que sus rivales los esperaron sobre el césped. Más polémica aún para un día ya marcado para siempre en la historia de la Copa África.