¿Quién dijo 'grupo de la muerte'? El Estadio Rajko Mitic fue sede del desfallecimiento 'red' en la Champions League. Los de Jürgen Klopp chocaron continuamente ante el muro del Estrella Roja, que supo aprovechar la ventaja en el marcador.
El encuentro tuvo un ritmo espectacular desde el primer minuto de juego. Los ingleses entraron fríos frente al calor de 55.000 espectadores, que hicieron realidad aquello del infierno serbio.
Marko Marin, que volvía al once en los locales, y Krsticic llevaron el peligro de los rojiblancos en el tramo inicial. La intensidad y el descaro de un equipo al que solo le venía bien la victoria sorprendió a un Liverpool muy desubicado en la primera parte.
La desconexión de la zona atacante permitió al Estrella Roja cercar el área de Alisson con facilidad. Aun así, Daniel Sturridge, que fue señalado por Klopp al descanso, tuvo dos oportunidades clarísimas para enfriar Belgrado.
Los primeros balones parados crearon mucho peligro a la zaga británica, que no pudo frenar el poderío físico de Pavkov. El '9' serbio puso el primero de cabeza para, a los seis minutos, encender la locura en Belgrado con un obús desde la media luna del área ante el que Alisson quizás pudo hacer un poco más.
Tímida reacción
Los 'reds' intentaron voltear la difícil papeleta en los segundos 45 minutos, pero el acierto no les acompañó frente a un Borjan inconmensurable. La posesión era para los visitantes, pero el muro defensivo del Estrella Roja amilanó a los 'cracks' del Liverpool.
Además, la fortuna les esquivó con dos palos en el segundo tiempo. Mohamed Salah se encontró con la madera a la salida de un córner, y, antes, un centro envenenado de Robertson había tomado el mismo camino.
Finalmente, golpe muy duro a un Liverpool que llegaba con buenas sensaciones y algo confiado frente al que se suponía el equipo más débil del grupo. Nápoles y PSG decidirán líder en este Grupo C de la Champions League.