"Este año no pudimos fichar y en enero perdimos a Dembélé, que tenía el sueño de jugar en China", dijo en la sala de prensa del Wanda Metropolitano Mauricio Pochettino, un mensaje que ha repetido en los últimos días en más de una ocasión, como si tuviera la clara intención de lanzar un 'dardo' hacia China dirigido al centrocampista.
Porque Dembélé, que fue importantísimo en el Tottenham durante siete años, decidió en enero marcharse al Guangzhou R&F, donde lógicamente es capital desde su llegada. Dembélé apretó y apretó hasta que consiguió su propósito, aunque Pochettino trató por todos los medios impedirlo hasta el último momento.
Hasta su marcha, esta misma temporada, Dembélé había disputado 13 encuentros, nueve de ellos como titular. Pero, como Pochettino remarcó, la abrumadora oferta asiática pesó más que la opción de hacer algo grande con el Tottenham. Obviamente, ni en el mejor de los pensamientos de Dembélé pasó creer que los 'spurs' alcanzarían la final de la Champions.
Mal momento para marcharse, pensará el centrocampista desde su casa en China. Dejó 12 millones en las arcas del Tottenham que no sirvieron para encontrarle un sustituto, el equipo sobrevivió con un integrante menos en su plantilla. En la Superliga ya suma diez partidos jugados y un gol.
Aunque, posiblemente, Dembélé cambiaría todos esos partidos, el tanto y hasta su actual sueldo por vestirse de corto este sábado en el Wanda Metropolitano. A diferencia de los que hasta hace poco fueron sus compañeros, a Dembélé le tocará ver por televisión el partido más importante de la historia del cuadro inglés.